
A mediados de marzo, con un sol radiante, me decidí a dar un paseo por el parque, me parecía maravilloso escuchar el piar de los gorriones y otras aves, así como el revoloteo de las palomas que iban buscando comida y otros forrajes para sus crías.
Las flores empezaban a abrirse y el césped parecía una alfombra de bellísimos colores: amarillo, rojo, violeta... Estaba todo precioso.
Los árboles lucían un manto de distintas tonalidades de verdes y en algunos de ellos florecían bellas y hermosas flores, que más tarden darían sus frutos.
Los patos en el lago ¡ qué graciosos ! Sus crías iban detrás empezando a jugar con el agua y como no, las tortugas sacaban sus cabecitas para aprovechar los lindos rayos de sol.
Se veía a mayores pasear, y otros sentados en los bancos contemplaban a los niños jugar en los columpios y en el tobogán.
Para mí, era hermoso ver tanta maravilla pues ya quedaba atrás el frío invierno, y mi pueblo empezaba a vivir de nuevo, todos en comunidad.
Charo
Esperanza
La he notado, la percibo desperezándose, asomando su carita sigilosa y juguetona entre los restos del imperturbable invierno ¡Ahí llega! revoltosa, ¡que sí! ¡que no! indecisa, caprichosa, con su maleta meteorológica.Se sabe deseada y se retuerce orgullosa , contorneándose entre los recodos de las vidas que la esperan, con su luz, su suavidad, su templanza , su quietud, va despertando a su paso miradas lascivas y envidiosas.
¡Despereza al mundo ! sin gritar, tiernamente lo despierta, pincelando de colores cielos, campos y jardines, inundando el aire de hermosos y penetrantes olores , bombardeando , pletórica, nuestros oídos con trinos, sevillanas, voces, tambores y saetas.Es el tiempo del amor y los almendros en flor; ahí puedes observar sobre el césped mullido de húmeda hierba a parejas que retozan meciéndose entre susurros mientras frágiles mariposas revolotean entre ellas. Y es el tiempo de las alergias. Polen por aquí, por acá y acullá. Estornudos, lagrimeos que te hacen terminar en una terrible rabieta.Amapolas, rojas amapolas, jaramagos, amarillos jaramagos ¡Flores de mi Primavera ! floreciendo sobre el campo de mi infancia entre gritos de chiquillas agoreras. La luz y el suave calor nos invitan a salir, a besar, a chillar, a jugar, a presumir, a pasear y a eludir el arropo y el refugio del triste invierno. Salgamos a las calles ¡Utilicemos nuestros sentidos! y saboreemos esta efímera estación que ya está aquí.
Ana
Si el ánimo te apodera. Si tu autoestima te sublima. Si la sangre se te altera, no lo dudes, es la primavera. Si los campos cubiertos están por las flores. Si en los árboles cantan los ruiseñores. Si el grillo con su gri, gri no te deja dormir, ¿a que esperas? Llega la primavera. Si en los bancos, los ancianos al sol están. Si las parejas a amarse a la hierba van. Si las mariposas a tu alrededor revolotean. Y los patos en el estanque juguetean, no lo pienses más, la primavera acaba de llegar.
Pepa
Me he despertado esta mañana y te he sentido llegar, tu luz ha acariciado mis canos cabellos. De repente me he estremecido al notar esa mezcla de aromas en mi jardín; rosas, lilas, jazmín. Todos mis sentidos rejuvenecidos y a flor de piel. A través de mi ventana esa brisa tuya suave, me ha contado que estamos en abril y he rememorado otros tantos abriles. Recuerdo cuando correteaba por los prados del pueblo en esta época. Cómo me gustaba ver las cigüeñas anidando en el viejo campanario y cómo me alborozaba el trinar de los jilgueros. Esos primeros días en los que bajábamos al río y después del largo y duro invierno metíamos los pies en el agua, aún fría, pero que ya anunciaba la calidez que se aproximaba. Y risas. Y juegos. Todo era fantástico con tu llegada. Las casas se abrían y todo el mundo comenzaba a despertar de ese letargo invernal. Hoy aquí postrada en la cama, te dejo entrar en mi habitación y celebro contigo mis noventa primaveras. Y me siento viva con tu llegada.
Mercedes
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