
- Vamos a ver, ¿Cómo te llamas?
- Me llamo Alicia, pero...
- ¡Vaya nombre más estúpido!- la interrumpió don Huevón-. ¿Y eso qué significa?
- ¿Acaso los nombres significan algo?- preguntó en un tono dubitativo.
-¡Pues claro que sí!- replicó don Huevón, soltando una risotada-. ¡Mírame a mí! ¡Mi nombre se refiere a mi figura..., que no está nada mal por cierto. Pero tú, con ese nombre, ¡podrías ser cualquier cosa!
- Me llamo Alicia, pero...
- ¡Vaya nombre más estúpido!- la interrumpió don Huevón-. ¿Y eso qué significa?
- ¿Acaso los nombres significan algo?- preguntó en un tono dubitativo.
-¡Pues claro que sí!- replicó don Huevón, soltando una risotada-. ¡Mírame a mí! ¡Mi nombre se refiere a mi figura..., que no está nada mal por cierto. Pero tú, con ese nombre, ¡podrías ser cualquier cosa!
Lewis Carrol,
A través del espejo
A través del espejo
Buscad en el diccionario o en la red vuestros nombres y vuestros cuatro apellidos (padre y madre). Si aparecen, copiad sus significados y, partiendo de lo que ellos os sugieran, escribid la biografía ficticia de un "doble" vuestro.
Biografía inventada de Ana Serrano
Cueveña de nacimiento, vine al mundo un 2 de Febrero de 1812 en un pequeño pueblo de la Serranía de Ronda llamado "Cueva del Becerro", con gran tormento para mi pobre madre que estuvo a punto de morir durante el parto. Me llamaron Candela por nacer precisamente el día de de la Candelaria a quien mis padres tenían una gran devoción pero en toda la serranía Rondeña me conocen popularmente como " la torbellino" por lo impetuoso de mi espíritu y de las acciones que acompañan mi alborotada vida.
Convertirme en lo que actualmente soy lo debo a la prematura muerte de mi padre que fue culpado erróneamente de asesinato. Su esposa, mi madre, quedó viuda desamparada con seis bocas que alimentar y a mí como hija mayor me tocó abandonar la quietud de mi vida y de mi pueblo para echarme al monte haciéndome discípula de uno de los bandoleros más famosos de estas tierras y desde entonces me dedico al peligroso arte de robar y saquear al más rico para beneficiar al más pobre.
Aquí en la sierra todo se reparte y se comparte, sobre todo las penurias de esta arriesgada y azarosa vida; siempre en un ¡ay!, siempre escondiéndose y buscando escondrijos para evitar que los alguaciles de turno nos capturen y acabemos entre rejas o algo peor ¡ ¡No me importa!, yo he sido la artífice de mi propio destino.
Ahora ando en amoríos con un compañero bien aguerrido, alto moreno, de ojos rasgados y manos grandes, guapísimo que me tiene a maltraer. No sé cómo acabará esto, y si en estas circunstancias nuestra relación podrá durar pero, ya lo hemos hablado, y estamos de acuerdo en seguir adelante con ello.
Quizás, si nada lo impide, dentro de algunos años, me replantee este modo de vida muy lejos de aquí y el futuro me brinde la oportunidad de formar una familia al calor del hogar, pero hasta entonces seguiré con mis corredurías con sus venturas y desventuras en las tierras que me vieron nacer.
Biografía inventada de Martín Barrios, María Del Rosario
Este personaje nació en el país vasco a mediados del siglo pasado, en una familia humilde de labradores. Es la mayor de cinco hermanos y la única hembra. Desde pequeña ayudaba a sus padres en las labores de labranza al mismo tiempo que cuidaba de sus hermanos. Era una persona de naturaleza emotiva, amable y condescendiente. Suave, cordial, sagaz. Amaba la armonía de las formas y los métodos persuasivos.
Tiene una naturaleza expresiva que la invita a ayudar a los demás a veces despierta simpatías y antipatías. Ama las cosas del amor, del honor y de la familia.
Era mente de pensamiento firme, mostraba facilidad para dar forma grata a las creaciones de una imaginación siempre fecunda.
Pintaba paisajes y personajes típicos de su tierra así como bodegones. Su profesora la motivaba para que expusiera en el colegio, desde allí empezaron a conocer.
Sus padres decidieron que fuera a estudiar pintura a la capital y fue allí, pasado dos años expuso varios lienzos de gran valor. Hoy día sus cuadros son bien valorados por su naturalidad y gran complicidad con los paisajes del país Vasco.
MARÍA origen Hebreo. La elegida, la amada por Dios. Nombre popular entre los cristianos por ser la madre de Jesús.
ROSARIO origen Latín. Devoción mariana. Naturaleza emotiva, amable y condescendiente. Suave, cordial...
Martín de origen Latino, martillo o relativo al dios Marte. Naturaleza diligente, cuidadosa y emotiva. Tiene originalidad, adquiere intelectualidad y recibe autoridad. Ama lo posible y lo imposible. Se amolda a todo. Es mente de pensamiento práctico.
Se trata de un apellido oriundo de Francia, y muy extendido por toda Europa.
Cañete es de origen vasco, del valle de Arratia, en el partido judicial de Durango (Vizcaya). En Asturias también hubo otra casa con distintas armas.
Barrios tiene su raíz en euskera. Origen vasco de Guipúzcoa y parte de Vizcaya
Carrasco es de origen Castellano, de las montañas de Burgos. Probó repetidas veces su nobleza en las órdenes militares.
El origen de mi apellido
Desde pequeña siempre escuché a mi abuelo materno y a mi madre que nuestro apellido, Cervilla, procedía de Nerja (Granada) y que solo había una rama, así que todos los que lo llevasen serían familiares, ya fueran más cercanos o más lejanos. Esto me llamaba mucho la atención y según iba creciendo aumentaba mi interés. Un día decidí investigar por mi cuenta y me marché a ese pueblo tan bonito que es Nerja. Una vez allí, me puse manos a la obra y después de mucho preguntar a gente entendida y a personas mayores, por fin me confirmaron que mi abuelo tenía razón, pero lo que más me impacto fue que descubrí que tenía una doble. Era una señora con mi mismo nombre y apellido. Me dijeron donde vivía, fui a conocerla, hablamos durante horas y resulto ser también familia lejana, por lo visto su abuelo y el mío eran primos segundos.
Ahora desde aquel día voy allí muy a menudo, se ha convertido en mi segundo pueblo.
Pepa
Viajé a Barcelona un mes de diciembre, para encontrarme con una gran amiga que hacía tiempo que no veía. Ese era el objeto de mi visita. Pero algo ronroneaba en mi cabeza. No supe lo que era hasta pasados unos días. El encuentro fue especial, paseamos por el barrio Gótico, por Las Ramblas y sin saber cómo ni por qué allí estaba yo, delante de aquella librería antigua. Me acordé de un libro, La sombra del viento, donde el protagonista es librero y se llamaba Daniel Sempere, ese es mi apellido, entré sin saber qué buscaba. Eché un vistazo en su interior, todo lleno de viejos ejemplares invitándome a curiosear y con ese olor tan especial a papel, a sabiduría, a historias aún desconocidas y otras, unas pocas, ya leídas.
Y tras un montón de libros la vi. Era mayor, no sabría decir su edad, pero su porte era distinguido. Me saludó al verme y creo que me sonrió. Cortésmente le devolví el saludo y me presenté. Le comenté que no buscaba nada en especial, simplemente me gustaba su librería. Me dijo que mirara todo lo que quisiera. Alguien la llamó desde dentro:
- Mercedes, venga por favor tenemos un pequeño problema.
Vaya pensé, se llama como yo. Pero mi sorpresa fue mayor cuando oí:
- Señora Sempere puede venir, es urgente.
No lo podía creer, era una broma o también su apellido era como el mío.
Al regresar ella debió notar algo en mí, pues me preguntó si me ocurría algo. Le dije que creía que nos llamábamos igual y así era las dos nos llamábamos Mercedes Sempere.
Charlamos durante mucho rato. No teníamos familiares comunes pero eso era lo de menos, aquella casualidad nos había unido como en una tela de araña. Me fascinaba su vitalidad, su amor por los libros y la forma de entender la vida. Era atrevida, divertida y en la trastienda montaba timbas de mus con grandes amigos y amigas, que además de hablar de libros, jugaban, intercambiaban opiniones y se corrían sus buenas juergas.
Tal vez no viva en Barcelona, pero creo entender y compartir muchas de las pequeñas cosas que a Mercedes Sempere le fascinan. Probablemente el nombre tenga algo que ver...o no.
En cualquier caso a partir de aquel día, tengo motivos importantes para ir a Barcelona.
Creo que dentro de una semana tenemos partida de mus y quién sabe qué otras aventuras en aquella discreta trastienda.
Y tras un montón de libros la vi. Era mayor, no sabría decir su edad, pero su porte era distinguido. Me saludó al verme y creo que me sonrió. Cortésmente le devolví el saludo y me presenté. Le comenté que no buscaba nada en especial, simplemente me gustaba su librería. Me dijo que mirara todo lo que quisiera. Alguien la llamó desde dentro:
- Mercedes, venga por favor tenemos un pequeño problema.
Vaya pensé, se llama como yo. Pero mi sorpresa fue mayor cuando oí:
- Señora Sempere puede venir, es urgente.
No lo podía creer, era una broma o también su apellido era como el mío.
Al regresar ella debió notar algo en mí, pues me preguntó si me ocurría algo. Le dije que creía que nos llamábamos igual y así era las dos nos llamábamos Mercedes Sempere.
Charlamos durante mucho rato. No teníamos familiares comunes pero eso era lo de menos, aquella casualidad nos había unido como en una tela de araña. Me fascinaba su vitalidad, su amor por los libros y la forma de entender la vida. Era atrevida, divertida y en la trastienda montaba timbas de mus con grandes amigos y amigas, que además de hablar de libros, jugaban, intercambiaban opiniones y se corrían sus buenas juergas.
Tal vez no viva en Barcelona, pero creo entender y compartir muchas de las pequeñas cosas que a Mercedes Sempere le fascinan. Probablemente el nombre tenga algo que ver...o no.
En cualquier caso a partir de aquel día, tengo motivos importantes para ir a Barcelona.
Creo que dentro de una semana tenemos partida de mus y quién sabe qué otras aventuras en aquella discreta trastienda.
Mercedes
HISTORIA INVITADA
Francisca era una niña del siglo pasado. Vivía en una aldea en la que gobernaba un rey. Eran una familia humilde. Su padre era carpintero y ella era la única hija. Le gustaría ser la heroína de su aldea, por eso en sus juegos y en sus sueños le gustaba jugar con sus amigos a luchar con una espada de madera que le había hecho su padre.
Pero sus amigas le decían que ellas a esas cosas no jugaban pues eran niñas y les gustaba más coger flores y hablar de sus vestidos. Entre sus amigos habían algunos que les gustaba como era ella y jugaban a batirse con las espadas y a otros eso de que una niña les pudiera ganar no les parecía nada bien.
Pero Francisca era feliz así y soñaba en ser mayor y luchar. Para convertirse algún día en la heroína del lugar donde vivía y servir a su rey.
Paqui
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